Debido al desarrollo económico en el espacio territorial, esta teoría se refiere a la localización geográfica de elementos urbanos de acuerdo a su participación en la economía local. Sus principales teóricos son Leon Moses (1958) y Wilhelm Launhardt (1900), sin embargo la más popular es el trabajo de Alfred Weber (1909) en su teoría de Localización Industrial, que analiza la distancia entre los recursos, la producción del producto y el mercado. Entre sus conclusiones señala la importancia de la minimización del costo del transporte y la elaboración de un esquema de círculos concéntricos de costos de materiales y distancias. Lo relevante en esta teoría su propuesta de localización de centros de producción en zonas estratégicas que minimizan los desplazamientos, siendo una estrategia que beneficia a la economía local en sus costos de movilidad. Dentro del modelo se establece un índice de materiales, en el que se divide el peso de los recursos utilizados entre el peso del producto elaborado, abordando el tema del costo de transporte en función de sus distancias.[1]
Las limitaciones de esta teoría son el enfoque hacia la industria pesada y desde un punto de vista que considera los recursos, la fábrica y el mercado en puntos fijos. Aunque ya considera factores de mano de obra y economías de aglomeración no considera las fuentes de energía, no previene el agotamiento de los recursos ni el impacto de la competencia del suelo que genera la plusvalía de localización industrial, pero lo que más se le ha criticado es no tomar en cuenta los costos de la extracción del producto ni los costos de almacenamiento del mismo, siendo factores que aumentan considerablemente su precio final.
Manuel Elihú Díaz Bautista
Arquitecto, Maestro en Urbanismo.
@manuelelihudiaz @arqyurboficial
[1] Navarro Delgado, Edgar Román. Terciarización, usos del suelo y comercio informal en la ciudad de México; estudio de caso: Delegación Venustiano Carranza. Tesis. IPN. 2006.